Entre sus múltiples usos, los datos de Inteligencia de Juego que produce SkillCorner pueden utilizarse para analizar el rendimiento de los jugadores cuando están sometidos a distintos niveles de presión por parte de sus adversarios. Se considera que un jugador está bajo presión cuando está en posesión del balón y tiene al menos un adversario cerca que intenta recuperarlo o limitar sus opciones de juego.
Para cada una de estas situaciones, SkillCorner determina la intensidad de la presión teniendo en cuenta la velocidad de los jugadores que la ejercen, su distancia del jugador en posesión y el ángulo de su movimiento. En este informe, nos centraremos en la presión de alta intensidad, es decir, la presión ejercida con la mayor velocidad y a la mayor proximidad del adversario.
La capacidad de conservar el balón está evidentemente vinculada al talento individual del jugador (nivel de técnica, orientación en el espacio, percepción del juego, etc.), pero también al estilo de juego del equipo empleador (proximidad de los compañeros, opciones de pase, compacidad, etc.). Independientemente de sus cualidades intrínsecas, un jugador bajo presión y solo tendrá más dificultades para conservar la posesión que un compañero con más opciones de pase disponibles.
Este informe contextualiza los datos de SkillCorner sobre la presión utilizando modelos estadísticos que ponen de relieve la relación entre los estilos de juego de los equipos, el nivel de presión al que se enfrentan los jugadores y su capacidad para retener la posesión. El informe se basa en una muestra de 7.050 partidos jugados durante las temporadas 2023 o 2023/24 (hasta el 4 de marzo de 2024) en 28 ligas de Europa y América.
Durante las temporadas 2023 y 2023/24, los jugadores de campo de los equipos de las 28 ligas estudiadas experimentaron una media de 9,2 casos de presión de alta intensidad por partido. Los valores más altos se midieron en los equipos dominantes, que producen un juego basado en la posesión del balón y la presión colectiva. Encabeza la lista el Manchester City (15,2 presiones por partido), seguido del Bayer Leverkusen (13,9) y el Columbus Crew (13,5).
Como ya se ha mencionado, el número de casos de presión de alta intensidad experimentados por cada equipo depende del estilo de juego utilizado. Cuatro variables relacionadas con el estilo explican el 66% de las diferencias observadas entre los equipos según el modelo de regresión construido a tal efecto.
El modelo muestra que los equipos sometidos a una presión alta juegan un partido corto, completan muchos pases y regates (datos de Wyscout) y realizan muchos sprints a gran velocidad (>25 km/h durante al menos 0,7 segundos, datos de SkillCorner).
Dentro de un mismo equipo, la presión sufrida por los jugadores varía considerablemente en función de la posición que ocupan. Los valores por posición mostrados en la Figura 4 se refieren a las medias y medianas observadas para 5.101 futbolistas que jugaron en la misma posición durante al menos 1.000 minutos en las 28 ligas estudiadas durante el periodo en cuestión.
Por término medio, los defensas centrales son los que experimentan menos casos de presión de alta intensidad por partido (7,6). Con un valor medio de 9,3, los delanteros centros sufren más presión, pero esta cifra sigue siendo baja en comparación con otras posiciones, principalmente porque tocan menos balones que sus compañeros. Los laterales se enfrentan a una media de 10,6 casos de presión de alta intensidad por partido, una cifra inferior a la de las tres posiciones más expuestas: centrocampistas defensivos (12,3), extremos (13,7) y centrocampistas ofensivos (15,6).
Los datos de SkillCorner también pueden utilizarse para medir la capacidad de un jugador para hacer frente a la presión del rival, sobre todo en lo que respecta a su capacidad para mantener la posesión del balón. Ya sea que el jugador siempre esté en control del balón, gracias a un dribbling exitoso, por ejemplo, o que su equipo mantenga la posesión gracias a un pase. El indicador de retención de balón bajo presión alta muestra la proporción de posesiones mantenidas por el equipo en relación con el número de instancias de presión de alta intensidad sufridas.
La clasificación de los equipos que mantuvieron mejor el balón en la presión alta se aproxima bastante a la de los equipos que fueron sometidos a más instancias de presión de alta intensidad, estando ambas variables altamente correlacionadas con un coeficiente de determinación de 0,5 (Figura 5). En ambos casos, los indicadores reflejan el estilo de juego practicado por los clubes. Cinco equipos de los cinco grandes de Europa presentan los porcentajes más elevados de retención del balón bajo presión alta, con un récord del 84,2% para el Manchester City, seguido del Real Madrid, el París Saint-Germain, el Arsenal y el Bayer Leverkusen (Figura 6).
La capacidad para conservar el balón también depende de la posición de los jugadores en el campo. Los valores más altos se registraron en los centrocampistas, tanto defensivos (76,5%) como ofensivos (72,9%), así como en los centrales (70,7%). Por el contrario, la proporción más baja se midió para los delanteros centro (66,8%), lo que está relacionado con la zona cubierta y las condiciones en las que se reciben los pases. En cuanto a las posiciones defensivas, se observa una mayor heterogeneidad en los valores (Figura 8), lo que hace referencia a las funciones más o menos ofensivas atribuidas a estos jugadores en función del equipo, especialmente en el nivel de lateral.
A nivel de los jugadores, más allá de las estadísticas brutas de retención del balón, resulta especialmente útil tener en cuenta el contexto en el que juegan los futbolistas, tanto en términos del estilo de juego del equipo empleador, definido por el número de casos de presiones de alta intensidad experimentados por partido, como de la posición ocupada. Esto permite evaluar y comparar mejor su rendimiento.
El modelo estadístico multivariante desarrollado a tal efecto, que incluye a 6.444 jugadores activos en las 28 ligas analizadas durante la temporada examinada y que experimentaron al menos 100 acciones de alta presión jugando en la misma posición, explica casi el 38% de las diferencias de valores observadas entre los jugadores. Todas las variables consideradas son altamente significativas.
Aplicamos este modelo a los 7.633 jugadores de las ligas estudiadas que habían sido sometidos al menos a 80 casos de presión de alta intensidad, y calculamos un valor teórico proporcional a las diferentes posiciones ocupadas. Esto nos permitió obtener un valor residual para cada jugador, que representa la desviación con respecto al valor teórico. Cuanto mayor sea este valor, mejor será la capacidad de retención del balón del jugador dada la presión a la que se enfrenta su equipo y su posición en el terreno de juego.
Las figuras 10a a 10f muestran los valores residuales de retención del balón más positivos a alta presión por posición. Este análisis destaca especialmente al croata Emir Dilaver (HNK Rijeka) entre los defensas centrales, a Márcio Rafinha (São Paulo FC) entre los laterales o carrileros, a Sergiy Rybalka (LNZ Cherkasy) entre los mediocampistas centrales o defensivos, a Caleb Zady Sery (SM Caen, traspasado al FK Vojvodina) para los los mediocampistas ofensivos, Hugo Vallejo (Huesca SD) para los extremos y a Dominique Badji (FC Cincinnati, traspasado al Bandirmaspor) para los delanteros centro.
La frecuencia con la que los jugadores se exponen a una presión de alta intensidad depende en gran medida del estilo de juego de su equipo. Cuanto más practiquen los equipos un juego corto y elaborado que favorezca la posesión del balón, más se expondrán sus futbolistas a situaciones de presión alta por parte de sus adversarios.
Del mismo modo, existe una correlación entre el número medio de situaciones de presión de alta intensidad experimentadas por un equipo y la proporción de retención del balón por parte de los jugadores. Este resultado refleja la importancia del papel del equipo en su conjunto en el rendimiento individual. Los futbolistas de los equipos dominantes no sólo están especialmente dotados, sino que además juegan en un contexto propicio para la plena expresión de sus cualidades.
El análisis de los residuos del modelo estadístico desarrollado teniendo en cuenta el estilo de juego de los equipos y la posición de los jugadores para explicar su capacidad de conservar la posesión en condiciones de alta presión pone de relieve a los futbolistas que rinden mejor de lo esperado. Este enfoque resulta especialmente útil en el ámbito de la prospección para detectar a los reclutas con un potencial por explotar.
Escrito por los doctores Raffaele Poli, Loïc Ravenel y Roger Besson.